1. Levantarse a las 2 de la tarde, luego de habese quedado larveando con los amigotes, componiendo canciones y "produciendo conocimiento" durante la madrugada.
2. Sentir la increible necesidad de desayunar después de levantarse de la cama, a pesar de ser la hora del almuerzo y existiendo un prometedor estofado de carne con salsa y papas. En otras palabras: leche chocolatada (leche+nesquick), cerealitas con mermelada de frambuesas. Desayuno, luego existo.
3. Observar perezosamente el ventanal de balcón a la calle. Llegar a las siguientes conclusiones (disyuntiva o inclusivamente):
A. Todo indica que es un día que no aguarda novedades fuera de los límites de la morada.
B. Voy a pasar la tarde tomando mate.
C. No me voy a bañar (al menos en las siguientes tres horas).
4. Preparar el mate (no es necesario que se te caiga dos veces, es solo torpeza).
5. Leer, sintiendo el aroma a lluvia.
6. Escribir unas boludeces en mi blog, de paso que me conecté para dejar un post en www.deliriosdemaro.blogspot.com
jueves, marzo 08, 2007
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1 comentario:
Aló
Es cierto. Pero leer La Voluntad hace que una se sienta insignificante.
La Voluntad, claro, y amores de verano.
Saludos
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