sábado, julio 08, 2006

Un fantasma de la razón.


Queridos y escasos lectores:

La siguiente entrada es un artículon que me ha tomado cuatro o cinco días completarlo, no solo en su redacción sino también en su contenido conceptual. Les prevengo que es bastante largo. Probablemente tenga que corregir algunas cosas, o ampliar con un próximo artículo. Sientanse libres de comentar y criticar con el mismo espiritu de libertad y tolerancia con el que lo redacté.



Encontré algunas expresiones en la cultura acerca de la Alemania Nazi, más precisamente del ´principal´ responsable de esa estupidez, Adolf Hitler al que le atribuyen un carácter irracional a su persona o personaje. Para muchos, mencionarlo es objeto de algún tabú o, dicho en otras palabras, "hay que andar con cuidado" al hablar de Hitler. Es claro que nadie con sentido común lo elogiaría luego de todo lo que hizo, aunque mejor sería hablar de "lo que significa".

Adolf Hitler para muchos es el anticristo que fracasó, para otros es el diablo, un demonio. Más allá de que estas expresiones sean sencillamente metafóricas no es casualidad que se le atribuyan rasgos irracionales. Ni tampoco que cualquier tipo de mención, incluso como un mero personaje histórico -de la misma forma con la que se podría hablar de Alejandro Magno, Napoleón, San Martín, Colón, Maquiavelo, entre tantos otros- no deja de levantar polémica.

Es decir, polémica o cualquier tipo de valor se debería aplicar a cualquier personaje histórico, sin embargo, el caso de Hitler es particular. A manera de ejemplo, si yo menciono a Bartolomé Mitre*, quien fue presidente argentino a finales del siglo XIX, para muchas personas poco observadoras no les resultaría tan molesto o llamativo como mencionar al fuhrer. Aunque los que conozcan, y no solo conzcan sino también que critiquen a Mitre, sabrán que fue autor de lo que se conoce como la historiografía oficial argentina, que adhería y cooperaría con un proyecto de país funcional a la oligarquía y que renegaba de tanto la población, la cultura y el valor de lo americano, y pretendía absorber y copiar lo europeo, abandonando y denigrando la identidad americana junto al proyecto del desarrollo del mercado interno (por ejemplo, Estados Unidos, que hoy sabemos bien cómo le va y cómo le fue, lo primero que hizo fue desarrollar un mercado interno en vez de focalizarse en el mercado externo). El hecho es que en un sentido estándar, es decir, normalmente, no suele llamar tanto la atención de Mitre, como de muchos otros con papeles turbios en la historia, como es el caso de Hitler.

(*) El ejemplo de Bartolomé Mitre es solo a manera ilustrativa.

Volviendo al tema central: la aplicación de carácter irracional a Adolf Hitler, como su "demonización". En las expresiones culturales que mencionaré responden a una óptica generalizada compartida por muchos ya que la cultura es una expresión subjetiva. Reitero, para muchos pueden resultar metáforas, pero subrayo que no es casualidad que sean metáforas.

Aquí van las que logro recordar:

  • Hellboy, que fue primero cómic y recientemente película de Hollywood, el protagonista es un demonio que los nazis lo sacaron del infierno para algún experimento o lo que sea.
  • Constantine, que fue primero cómic "Hellblazer" y luego película, el antagonista encuentra la lanza del destino (la que se usó para matar a Jesúcristo cuando era crucificado) encima de una bandera nazi, roja con la cruz esvástica, y al tomarla se transforma en un demonio que el protagonista tendrá que matar.
  • Wolfenstein, famoso juego precursor del Shoot ´em up y luego relanzado con nueva y mejor tecnología, se desarrolla dentro de un castillo alemán (durante la segunda guerra mundial, claro) y se llega a combatir contra muertos vivos, demonios, mutantes. En la nueva versión también se encuentran escenarios en los que se desarrollan investigaciones, sobre zombis, robots zombis, mutantes, fantasmas, y otras esquizofrenias.
  • Indiana Jones, la película en la que el ejército nazi está buscando el arca perdida o algún artefacto legendario para emplearlo a su favor en la guerra.
OK, no estoy acusando de seriedad a estos últimos, pero lo que quiero contrastar es con la polémica que levantó la película "La Caída" que relata el testimonio de una secretaria de Hitler, sus últimos días cuando Alemania estaba por perder la guerra. Es una película sobria y que a mi me resultó fascinante cuando la vi y no se atribuyen rasgos irracionales a Hitler; se lo interpreta como personaje complejo, tal vez, pero sin factores "demonizantes" o "sobrenaturales". Entre algunos comentarios que se hicieron de la película se trata de la "humanización de la bestia".

Mi pregunta es... ¿Desde cuando Hitler fue algo distinto a un ser humano? ¿Por qué se intenta otorgarle un carácter irracional al personaje histórico, como un demonio, un anticristo, algo/alguien siniestro?

No es mi intención refutar los recursos metafóricos en las expresiones culturales citadas así también como en las obviadas (por favor, si recuerdan otra, hagánla saber con la descripción necesaria en los comments, las voy a agregar con o sin el nombre del colaborador/a). Si no analizarle e intentar, al menos, descubrir por qué es un fantasma para la razón el personaje de Adolf Hitler.

En primer lugar, diría que Adolf Hitler es una persona mediocre. Quiténle el aparato militar, político, burocrático alemán y del partido nazi y podrán reírse a sus anchas de un pobre hombre como es Hitler, artista frustrado, con serios problemas personales. De hecho es una forma de entender cómo algo tan horrible como fue el gobierno nazi con sus campos de concentración y su guerra expansionista y racista contra casi el resto del mundo solo puede haber sido creado por un "loco", un tipo que tiene ciertas facultades alteradas y adulteradas.

Hoy nos asusta mucho pensar que este tipo de sucesos, llamémosle trágicos, se repitan. Sin embargo se repiten. Y para muchos resulta cómodo reconocer cualidades particulares peyorativas o irracionales en los responsables. Lo peyorativo, como se expone en el párrafo anterior, se acerca a una explicación con pies y cabeza, mientras que lo irracional es una forma de echar tierra sobre el asunto; como si todo sucedió porque tenía que suceder, no se pudo hacer nada al respecto, estaba fuera del alcance humano, etc..

A pesar de todo, existen explicaciones racionales. Es decir, el fenómeno del nacionalsocialismo no es una casualidad, sino que responde a una causalidad, una necesidad histórica. Hitler solo fue el líder que gobernó sobre secuaces adictos y una población que en su mayoría estaba apoyaba el régimen, o bien lo toleraba, o bien, también hay que aceptarlo, algunos lo soportaban sin más remedio.

El punto central de todo esto es que Hitler fue siempre un ser humano. Puede haber sido un gran imbecil, y de eso todos estamos convencidos. Pero asignarle particularidades irracionales a Hitler es negarlo, es librarse de la responsabilidad, sobre todo, es defender a la racionalidad contra Hitler, contra todo lo que significa el "demonio" de Hitler. Él perteneció y pertenece a la racionalidad, el gran argumento de la modernidad y la sociedad burguesa.

OK, podemos aceptar que Hitler sea una exageración, una desvirtuación, o adulteración de la racionalidad (siempre entendiendo la racionalidad como el viejo argumento burgués iluminista, tanto que sustituyó al desconocimiento de los africanos como humanos por la iglesia a cambio del darwinismo social con casi las mismas funciones, entre otras cosas). Lo que intento apuntar es que aún viviendo en una sociedad dentro de los mismos parámetros con gran peso en la racionalidad, el peso histórico desfavorable del nazismo, como una gran potenciación y adulteración de las funciones del estado y la configuración social (recordar el gran rechazo a la Unión Soviética aunque no haya grandes diferencias en los mecanismos estatales, aunque sí en la composición e ideología social) representa un riesgo a la cosmovisión, a un contexto de ideas y valores que reconocen los individuos para su vida social.

El fuhrer del tercer reich, basicamente era quien mejor canalizaba la paranoia y la angustia del orgulloso pueblo alemán, devastado de verguenza (agrega tus diéresis) por la derrota de la primera guerra mundial y la crisis del 30. La primera guerra, en la que el patético Adolfo era un suboficial de correos en una unidad bavara, representa con toda su carniceria y destrucción el "demonio" que había creado el occidente burgués, su exapansión colonialista e imperialista por búsqueda de mercados y explotación de nuevos recursos que finalmente se vulcanizó en una guerra entre las mayores potencias.

Todo eso es consecuencia de la razón como argumento, como diálogo con el universo (citando las palabras de mi gran profe de literatura), por más que quienes defendían a capa y espada esta idea prometían que por la razón llegaríamos a la paz entre los pueblos porque "la guerra va en contra de la razón". Sin embargo, luego de un siglo de haber llegado al poder, desde la revolución francesa hasta el siglo XX, el mundo burgués de la razón cae por su propio peso en 1914. Y no se detendría ahí. No se haría esperar ni siquiera medio siglo para que haya una segunda guerra y se utlice la razón para el exterminio masivo racista e ideológico... En otras palabras, la humanidad de las ideas y de la libertad se ocupa de la censura, la exclusión, la muerte...

En síntesis, Hitler era un proyecto de humanidad por más que nos cueste aceptarlo. El descabellado pangermanismo era una forma de "corregir errores" que causaron la miseria y la humillación alemana. Quizá todo esto parezca una contradicción al decir que Hitler quería "cambiar" todo lo anterior a la razón...

Pero... qué tan distinto fue el nazismo a otros hechos que quizás no fueron TAN difundidos. Por ejemplo, la guerra francesa en Argelia, por la cual capturaban a civiles "a dedo" para torturarlos y obligarlos a declarar todo lo que sabían de los guerrilleros, por más que no tengan nada que ver ni sepan nada al respecto. Lo mismo o parecido se hizo en América Latina, y bien sabemos qué pasó, y todas esas dictaduras financiadas, apoyadas y confabuladas por el país que defiende la democracia y la libertad.

O las mismas víctimas del holocausto, que el sionismo los condujo a usurpar las tierras de los palestinos y la destrucción de sus pueblos y en el mismo lugar en el que hoy se construye un muro.

Es decir, ¿qué tan distinto es el nazismo a todo lo que se definió como opuesto o antagonista al nazismo? La diferencia quizás esté en que una "Guerra Mundial" sea significativa para la historia por desarrollarse dentro y no fuera de Europa. O la misma razón por la cual unos pocos atentados dentro del territorio de estados unidos sean la portada de los diarios de todo el mundo.

Por eso, para aventurar una conclusión, podría sugerir que la razón (como concepto de cosmovisión social y/o cultural) resulta irritante, por sus daños y catástrofes, solo cuando estas perjudican a quienes se sienten los dueños de la razón, quienes la fomentan. Pero no cuando perjudique a otros pueblos a los que se sometieron por la violencia a esta razón europea. Por lo tanto, a todo lo que resulte molesto y politicamente incorrecto, el recurso que se puede emplear es añadirle rasgos irracionales que lo desvinculen por protección de la razón.

Lo que me interesa señalar es que Hitler fue siempre un ser humano y sus actos fueron humanos, y su conciencia fue humana. Lo que nos preocupa entonces no debe ser un carácter ajeno a lo humano, como una demonización del hombre, sino del hombre si, como potencial responsable de los desastres que tanto Hitler como otros humanos sean capaces de cometer.

Saludos!

1 comentario:

Charly Santos dijo...

Hitler era un ser humano, un ser bien humano y racional, de carne y hueso, con virtudes y defectos.
El problema es que no creo que nadie piense realmente que Hitler tuviese características demoníacas, más allá de las películas. Si tomamos en serio todas las películas fantasiosas jamás hechas, te darías cuenta de que la mayoría parte de un hecho real y construye su delirio.
Además, Hitler no era un imbécil. Un hombre que ganó la guerra en Europa hasta que EE.UU. se sumó a la guerra no puede ser estúpido. Estaba loco? Pero indiscutiblemente. Era un hijo de puta? Sin duda alguna. Era "mediocre"? Tenía la autoestima baja, pero nadie que pasa a la historia pasa solo por mediocre. Evidentemente Hitler no fue un anticristo y fue reflejo de la sociedad alemana del momento, pero también tenés que reconocerle su propia grandeza, su delirio fue uno de los más poderosos de la historia.