martes, febrero 06, 2007

Abuso del lenguaje discursivo.

Hacee algunos días, estaba caminando por mi casa, y cuando paso frente al televisor encendido que alguien estaba mirando, alcanzo a leer y escuchar un solo titular de un noticiero de Canal Nueve. Más allá de la cuestionable naturaleza ideológica de este canal, podrán coincidir conmigo que la siguiente afirmación está presente en todos o casi todos los medios de comunicación del establishment global.

La frase en cuestión era, más o menos, la siguiente:

"CONFIRMADO: EL HOMBRE ES EL PRINCIPAL RESPONSABLE DEL DETERIORO DEL MEDIO AMBIENTE"

(o no recuerdo bien si se refería al cambio climático que está tan presente estos últimos días, pero se entiende que se relaciona directamente a una problemática ambiental)

Ahora, la pregunta es: ¿¿¿Por qué el HOMBRE???
Es superflúo aclarar que, en nuestras categorías usuales del discurso, "el hombre" como está dicho en tal frase, se refiere a la generalidad, por no decir, a toda la raza humana. Esto comprende a todos los seres humanos, de todos los países, de todas las razas, de todos los sexos, de todas las ideas, de todos los trabajos, de todos los estratos sociales, de todos los períodos históricos, incluso los que hoy están naciendo o caminan sus primeros pasos.

La pregunta, más específicamente sería: ¿Por qué permitimos que nos incluyan en esa categoría que son en realidad muy pocos los verdaderos responsables? Entonces, ¿por qué permitinos que esos pocos y perversos responsables nos echen la culpa, nos culpabilicen y nos amarguen con su maldito discurso? ¿Por qué no se organizó una protesta o un piquete en frente de Canal Nueve y todos los medios de comunicación que intentan responsabilizarnos de algo que la mayoría de nosotros no tenemos NADA o casi nada que ver?

Es muy clara la maniobra discursiva: se trata de un desclasamiento del problema. Es decir, el cambio climático, la deforestación, la desertificación, el derretimiento de los hielos polares, la desaparición de especies animales y vegetales, la contaminación aerea, acústica, marina, pluvial, etc., el debilitamiento de la capa de ozono, los desastres atómicos, y un larquísimo etc. es, según estos elaboradores de discurso, una responsabilidad que trasciende todas las categorías de la sociedad, de las naciones, de la economía, de la humanidad, en pocas palabras. Suena muy lindo todo eso de colaborar para no contaminar, reciclar, reusar, sí. Pero en todo caso, nadie está hablando de quién es el responsable, por no decir el verdadero culpable, de que todo lo anterior haya ocurrido o esté por suceder.

Muchos de los fenómenos que cité más arriba, y eso que son unos pocos, tienen pocas décadas de manifestación. Porque, aunque no existiese el saber ni la demanda de saber ambientalista en las edades medieval ni antigua, creo estar en lo correcto en afirmar que no existía ninguna amenaza seria al medio ambiente.

Entonces, el principal responsable de todo lo dicho NO ES EL HOMBRE, es una CLASE DE HOMBRES, me refiero a una clase social específica, aunque bastante mutante en su devenir histórico, que son los grandes capitalistas que poseen los medios para poder afectar de tal manera el medio ambiente mediante sus acciones productivas y además, cagarse deliberadamente en las consecuencias. Solo les importa la ganancia rentista, y dejan de lado todo tipo de responsabilidad que trae aparejada, que teniendo en cuenta que son quienes concentran los motores productivos de la economía, son muchas y muy grandes. Por eso, no se hacen ni se harán cargo jamás de las problemáticas sociales como la indigencia, el hambre, la falta de cobertura médica y educativa; las problemáticas políticas como la persecucíon, la represión violenta, las guerras y sus consecuencias; y por supuesto, de las problemáticas ambientales que amenazan con destruir, no solo a la raza humana (que no se lo tiene merecido, como muchos pesimistas piensan) sino a la vida en general.

Así que, una cosa es amargarse por la impotencia entendible que tiene, sí, el hombre para evitar o solucionar los problemas ambientales que nos acechan. Pero es INJUSTO Y CRUEL sentirnos culpables y responsables por un problema enorme que otros pocos y astutos nos quieren endilgar.

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