sábado, noviembre 11, 2006

Máxima moral

En un esfuerzo actual por intentar resolver ciertas crisis privadas, estoy intentando establecer una matriz ética por la cual poder guiarme desde entonces. Por supuesto, los detalles y pormenores no son de la incumbencia de ningún lector posible o imposible de este espacio electrónico, pero lo que intentaba destacar es algo que puede resultar un poco conflictivo a la hora de establecer nuevos principios.
Obviamente, y acorde a mi espíritu Anarquista, la mejor ética posible debe ser simple, y lo menos autolimitada posible. Por tanto, el principio hipotétio que se me ha ocurrido fue:
"Ser feliz, en tanto no hacer daño al prójimo"
Como podrán notar, si bien introduce un condicionante para la felicidad, no ofrece definición taxativa alguna. Es decir, que la felicidad no sea "ser así", o "hacer tal cosa". Así que nadie está obligado a hacer algo que en verdad no quiera hacer para ajustarse a esta definición de la felicidad. Cada cual puede ser feliz haciendo lo que le gusta hacer, siendo como quiere ser, yendo a donde quiera ir, viviendo de la forma en la que quiera vivir, y creyendo lo que quiera creer...
... siempre y cuando no le haga daño a nadie.
El problema surge desde intentar definir "no hacer daño a nadie", que es la única complejidad que ofrece este modelo, y por tanto, la primera dificultad planteada al Anarquismo.
En primer lugar, estaría la ridícula situación en la que una persona sea feliz haciendo daño a los otros o a algún grupo o individuo determinado por alguna no-razón o fundamento arbitrario. Esta cuestión es desterrada a priori, y es de las pocas que por una necesidad moral, se debe establecer sanciones rigurosas. Para esto, no existen mayores discusiones.
Pero el problema será peor cuando, obdeciendo dos individuos el mismo principio ético expuesto, choquen los criterios de "no hacer daño alguno al otro".
En el primer ejemplo, se pudo resolver el problema al acusar la autocontradicción del principio, es decir, la acción contradiciendo unilateralmente el principio.
En el segundo caso, al cual procederé a dar ejemplos, la contradicción es bilateral, y se establece fuera de la esfera del principio.
Por ejemplo, aquella persona que quiere ser feliz llevando una vida austera respetando ciertos prejuicios que hacen a su "tranquilidad del estado de cosas", mientras que un ser querido por aquella persona desea, en cambio, llevar una vida por la cual supera o se rebela contra los límites del prejuicio y explora lo prohibido por una sociedad, por ejemplo, una vida sexual poligámica o licenciosa, el nomadismo, el consumo de drogas psicoactivas, la vida nocturna, entre otras cosas vedadas por la "moral y las buenas costumbres" de la sociedad.
Entonces, la primera persona (desde ahora A y B, respectivamente) se siente infeliz al saber que B hace lo que hace, y por tanto, B será infeliz porque A le establece límites a su forma de ser feliz, o bien, porque A sufre por el estilo de vida que lleva y que a B le hace realmente feliz. Es un típico caso de relación entre padres e hijos.
Ahora bien, y sin otro ejemplo que aportar fuera del mismo modelo, ¿cómo se puede salvar tal obstáculo?
Contrariando la necesidad de la simplicidad en el postulado ético, yo creo que en tal caso, lo mejor sería agregar o aclarar que esto debe entenderse en contexto con el Anarquismo, es decir, agregando un postulado o una invariable artbitraria. Claro que puede traducirse o descomponerse en lo que el Pensamiento Anarquista para mejor entendimiento, pero el problema es que se está estableciendo un límite de acción, por más que el Anarquismo se trate del no-límite de acción.
Ahora bien, para facilitar todo, pensemos lo siguiente:
"Ser feliz" (variable dependiente del individuo, por tanto, independiente) VALOR POSITIVO
"no hacer daño al prójimo" (invariable dependiente de un contexto, por tanto, artbitraria) VALOR NEGATIVO
"en el contexto del Anarquismo" (límite establecido) CAMPO DE ACCIÓN.
En este caso, yo al menos observo, que si bien esta ética analizada pueda resultar adecuada a mi criterio, al final termina estableciendo un límite de campo de acción. Lamentablemente, se podría avanzar pensando que se autocontradice porque "el contexto Anarquista" implica uuna segunda condición, por más que se trate de definir ciertos parámetros en lugar de una prohibición explícita, y ahí mi hipótesis cae por su propio peso.
En el esfuerzo por evitar una anomia que produzca mayor infelicidad que felicidad, la ética necesitó de un límite que evite la violencia caótica del absoluto. Pero para desarrollarse reduciendo posibilidad de conflictos, tuvo que ampliarse a una ideología, por más básica que sea, en común. Lamentablemente, así podría proseguir hasta constituirse un entramado ético que termine contradiciendo el Anarquismo, es decir, reglamentando muchas leyes a la acción positiva, una inequidad entre lo negativo y lo positivo.

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