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Hoy vi algo que me causó mucho pesar. Vi a un pobre muchacho cayendo en las trampas y las ilusiones de un súcubo. Súcubo, del cual debo admitirlo con mucho pesar, yo mismo caí en sus redes de deseo y tonto enamoramiento.
Me dio mucha lástima. Pero, ¿cómo haría para prevenirle o salvarle de sus garras? ¿Cómo le convenzo que aquella mujer solo lo está atrayendo a una trampa de la que devorará buena parte de su espíritu? Pensarlo hipotéticamente, creo que él se ofendería y quizás intentaría atacarme. Conozco lo que es caer lenta y dulcemente en la espiral del súcubo. La sutileza y sus tiempos.
Lamentablemente, los súcubos son muy parecidos a las mujeres reales y su eventual persecución y erradicación -o mejor: ajusticiamiento- solo traerìa reacciones adversas de todo el género femenino. Pero claro, parece que a las mujeres les cuesta ponerse en los zapatos ajenos, sino tienen tacones.
1 comentario:
pululan súcubos...
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